miércoles, agosto 27, 2008

viernes, marzo 16, 2007

7 Post coitum

Estoy en el aeropuerto de Barcelona, volviendo a casa, por fin (en este viaje aprendí que no se dice “aereopuerto”, que yo pensé era la forma correcta de decirlo, por el prefijo “aereo” que yo le ponía ya que uno vuela por el aire, sino “aeropuerto”).

Para terminar tengo que comentar algunas cosas que resultarán inconexas pero que no quiero dejar atrás sin palabras. Para establecer un criterio de orden –por la pura manía de hacerlo…es el problema de la mente categorizante resultado de un entrenamiento intenso en Grounded Theory ¿cierto Su?- iré de lo más particular a lo más general.

Londres.

Me encantó, no sé muy bien porqué, no sé bien como explicarlo. Conocí súper poco, obviamente, en un fin de semana, pero hay algo como la amplitud de esa ciudad que es encantador. Eso! Es una ciudad “amplia” con todas las connotaciones que eso puede tener. Entonces, a pesar de que su cielo es bastante oscuro y nuboso, hay mucha más luz de la que me imaginé.

Bélgica, un país pegado con moco.

Bélgica es un país pegado con moco. Es decir, cualquier día de estos se despega. Según me contó Nathaly, este es un país creado en 1850 (o sea, es más joven que Chile como nación) para reducir el conflicto entre Alemania y Francia. Un acuerdo (el Pacto de Viena si no me equivoco) entre las monarquías y poderes de la época trajo a un Príncipe Austro-Húngaro y lo puso a la cabeza de una nueva nación que reunía un territorio diverso y a dos pueblos, el flamenco (que son un subgrupo de los netherlands, o sea, de la gente de los países bajos como holanda) y el wallon (que es un subgrupo de los galos o franceses), para reducir la frontera y la tensión entre alemanes y franceses (a ver si dejaban de pelear y parece que dejaron). Desde entonces la nación es una monarquía constitucional, es decir, tiene parlamento elegido democráticamente. Wallones y Flamencos son de dos raigambres distintas, los primeros más latinos y los segundos germanos, y hablan idiomas muuuy diferentes. Bruselas está en la región flamenca (en Flandes) pero es un territorio totalmente bilingüe. Administrativamente, hay varios “sistemas” superpuestos, primero un gobierno central al estilo de los estados federados (o sea, maneja la política exterior, la macroeconomía, la justicia, cuestiones de estado, etc.), el territorial que los divide en dos en temas administrativos un poco menos globales, y las “comunidades” -wallona y flamenca- que domina cuestiones culturales, educacionales, etc. Los flamencos, según Nath, han logrado hacer casi coincidir su administración de la “comunidad” con su administración territorial, los wallones, no. Unas veces estos dos pueblos se llevan mejor que otras, pero la distinción está permanentemente presente: “este es un típico bar flamenco”, “este es un centro cultural wallon”, “este es un canal de tv belga- netherlandés”, etc. Lo que los une aparentemente es la identificación con la familia Real. Sin su rey parece que el moco que los mantiene unidos se disolvería como con agua. Y no es invento mío, hace un par de años atrás, en un canal de la televisión nacional belga, dieron un programa bien largo en el formato de las noticias “extra”, en el que simularon que los flamencos habían declarado la independencia de su nación y desarrollaban las consecuencias político-económicas. Fue como ese programa mítico en EEUU de los extraterrestres, en que cundió el pánico y todo el mundo creyó que era verdad. Acá en un par de horas toda la gente se había llamado por teléfono y el cuento se inflamó rápidamente. Como habrá sido que Natalie se enteró, mientras estaba sucediendo, desde Chile.

La conservación de las lenguas de origen

En España tanto como en Bélgica, y hasta donde pude apreciar, en Londres, los millones de inmigrantes conservan sus lenguas de origen. Uno camina por la calle y va del chino al árabe, del hebreo al indio, del netherland al español. Y creo que es una realidad inquietante. Desde un punto de vista es bonito que se conserve la cultura de un pueblo que inmigra, pero desde otro punto de vista, la ciudad empieza a parecerse a un patchwork, una colección de diferentes ghettos sin relación entre sí, sin integración. EEUU y Europa están preocupados de algunos de estos fenómenos (la última revista TIME habla de eso) ya que lo asocian, evidentemente, a la generación de un caldo de cultivo para los conflictos interraciales, de fe, la acción terrorista, etc.

A mí lo que más me tocó, lejos, fue escuchar árabe o turco y después, chino, en España y esos idiomas indescifrables de Europa oriental (Rumano, Húngaro, Checo, Estonio, etc), en Bélgica.

Los horarios para comer

Antes pensaba que la gente se dividía entre los que comen la humita con azúcar y aquellos a los que les gusta salada y con tomate. Hoy sé que hay otro criterio para distinguir a la gente: si come en el horario “abuelito” o en el horario “boludo”. El horario abuelito es el horario belga, inglés, y de otros países del norte seguramente, en el que almuerzan a las 12, a más tardar a la 1 y comen a las 6:30, máximo a las 8 pm. Como pueden imaginar el horario “boludo” es el nuestro, el argentino, el español…en que todo es más tarde. Harto más tarde. En España [me entra la duda si ya conté esto… estoy como las abuelitas, repitiendo…] se desayuna, se almuerza como a las 11:00 (que es una tentempié para aguatar hasta el almuerzo), se come tipo 2:30, algunos comen una merienda a media tarde y luego se cena tarde, después de las 8:30.

Por otro lado, la relación de los europeos con el alcohol es mucho más sana que la nuestra: pueden beberse una cerveza a las 11:00 de la mañana y volver a trabajar y es de lo más normal, no como en Chile que ni cagando uno se toma una chela o una copa de vino al almuerzo, a menos que esté en un almuerzo “de negocios”, usando los “gastos reservados”. Y al final de la tarde, sobretodo los españoles, pasan a tomarse una cañita antes de irse pa’la casa.

Las líneas en el cielo.

No sé por qué en Europa los aviones dejan líneas blancas, como de espuma, en el cielo. Y como el cielo es de un celeste prístino y transparente, se ve precioso, como un mar lleno de estelas en todas direcciones. Y uno entiende que por aquí ¡pucha que pasa gente!

El hogar

Volver me puso a pensar en el hogar. ¿Dónde está el hogar? Yo creo que donde uno es reconocido. Reconocido, no como en el aplauso del público, no como en el premio de mejor compañera, no como en ganarse una beca. Reconocido como cuando los seres humanos se miran y se reconocen verdaderamente uno en el otro, como parte de lo mismo. En alguna parte leí sobre esto. Voy a buscarlo. Leí algo sobre un pueblo africano y las voces de sus miembros. Yo creo que es algo parecido, uno tiene una voz que tiene un lugar justo en el coro de voces de la tribu de uno. Y por eso, si canta es reconocido. Porque el resto de las notas vibran con uno, como un arpegio.

Hasta este punto alcancé a escribir en el aeropuerto, desde aquí en adelante tuve que terminar 15 días después de volver…

El ángel de la guarda

Una cosa muy especial me pasó en este viaje. Sentí que tenía un ángel protector todo el tiempo. No sé si será la Yaya, otros maestros o simplemente mi buena estrella de siempre, pero lo sentí fuerte y “palpable”.

Un día muy al principio de la travesía fui a un cajero automático a sacar plata por primera vez. Hice varios intentos y no me resultó, parece que por un problema en la cantidad. Me asusté un poco pensando que era una gran cagada si no lo lograba porque no tenía ni un peso, ni un euro, en rigor. Traté en otro cajero de esos que están metidos en la pared de un edificio en plena calle. Le pedí 140 EU y me aceptó, pero la secuencia de acciones de los cajeros allá es diferente y me escupió la tarjeta antes de darme la plata. “Mierda!” pensé “y ahora quién me va a creer que la plata no salió? ¿a quién le voy a alegar?” y estaba enredada guardando la tarjeta cuando la máquina arrojó los billetes. Sentí un ruido como de hojas volar y, como seguía enredada, me demoré unos segundos en recoger mi dinero. Lo estaba guardando y me di cuenta de que me faltaban 50 EU. “Pucha, esta máquina me cagó” pensé y en eso estaba cuando me doy vuelta, muchos segundos después y varios metros más allá estaba mi billete en el suelo. ¡Se había volado! Y pasaba gente caminando y todo, pero nadie lo cogió. Mi ángel lo cuidó por mí.

Otra vez, iba camino a Paris. Como yo soy bien ordenada siempre salgo con tiempo y llegué a la estación media hora antes de la salida del bus. Sin embargo, no hago más que enfrentar la garita cuando me acuerdo que dejé mi pasaporte en la casa. Pregunté qué alternativas tenía (si podía tomar un bus más tarde o algo así) y no había ninguna salvo correr a buscarlo. Uno de los que atendía me dijo que el bus venía con 15 minutos de retraso, ¡15 minutos a mi favor! Les dejé todas mis cosas a los tipos de la estación y partí, esperanzada pero sabiendo que la misión era imposible ya que el tranvía entre la Gare Du Nord y mi casa era el más lento del mundo, demoraba mínimo 20 minutos y pasaba cada 20 minutos. Me encomendé todo el rato, pero la realidad material se imponía: cuando el tram se dignó pasar, el chofer manejaba a 20 km por hora. El viaje era leeeento, lento, pero mi actitud era muy extraña: como llena de seguridad, pero al mismo tiempo de des-aprehensión, o desprendimiento. Algo así como tener esperanza de lograrlo y simultáneamente saber que si no lo hacía no iba a sufrir por el hecho de perder la plata del pasaje y gastarme una fortuna en comprar otro pasaje porque igual iba a llegar a ver a la Fran y a Ignacio. Con lo lento del trayecto, así y todo llegué de vuelta a la estación a las 13:17, todo un récord pero insuficiente. La hora original del bus era a las 13:00 y ni con los 15 minutos de gracia había logrado llegar, pero igual corrí con todas mis energías y cuando llegué al mesón y dije “¿se fue, cierto?” los encargados me contestaron felices “No, este de aquí es el chofer”. Y partí a Paris, muerta de risa y dándole gracias con todo mi corazón a mi angelito, porque era demasiada suerte para ser sólo suerte, ¿cierto?

El poder de sonreír

Luego de la experiencia del poder protector de un ángel de la guarda, me pasó que se me hizo evidente el poder de una actitud sonriente.

En el viaje de vuelta, tenía que estar en el aeropuerto a eso de las 11:00, porque el vuelo era como a las 13:00. Marie Claire me pasó a buscar y me llevó no sin antes advertirme que era imposible 2 cosas: hacer el trámite de tax free y pasar con la cantidad de kilos extra que llevaba sin pagar.

Yo estaba tan, pero taaaan feliz de volver que solo podía sonreir. Llegué al aeropuerto y pasé primero a la oficina de tax free. Había cola así que pensé que mejor me aseguraba con las maletas pasando temprano por Iberia a hacer el check in. Me presenté en el mostrador donde no había nadie y siempre sonriendo, y yo creo que exudando felicidad y relajo, pasé mi maleta. Pesaba 22 kilos. El límite permitido eran 20 kilos y 10 más en el bolso de mano. La chica Iberia ni se inmutó y además me preguntó “¿no quieres checkear nada más?”, “¿Puedo?” le dije, “claro” y le pasé mi mochila que pesó otros 12 kilos. Cero problema, mi simpatía con la gente (era realmente amable y no porque me lo propusiera sino porque era mi estado de ánimo no más) era más poderosa que las normas. Además de lo anterior yo llevaba en las manos, mi “cartera”, un bolso enorme lleno de cosas, un abrigo (además del que llevaba puesto) y mi computador, puras cosas bien pesadas.

Los bolsos se iban yendo cuando se me ocurre preguntarle si puedo llevármelos para hacer el trámite de tax free. “Claro” me dijo y partí con todo a la oficina. Marie Claire seguí diciendo que era imposible, que ella lo había intentado recién con su sobrino y además no entendía lo que yo había hecho, el orden en que había hecho los trámites.

Otra vez había cola y antes de mí, había una familia de judíos que a juzgar por lo que demoraron, parecían haberse comprado Bélgica entera. Esa familia estuvo más de media hora a puertas cerradas en la oficina (el trámite era engorroso porque hay que mostrar todo, absolutamente todo lo que uno compró para exigir la devolución de los impuestos). Entremedio salió el encargado, un flamenco gordo, pelado y rosado que no sonreía ni aunque le pagaran, con una cara de furia digna de agente aduanero. La gente empezó a impacientarse y a ponerse de mal humor, pero yo solo me reía y hacía chistes. 40 minutos después (después incluso de que la familia tuvo que llamar a otro judío que llevaba más maletas enormes a pasarse toda la cola, lo que enfureció a los que esperaban) me tocó el turno. Yo entré sonriendo como siempre, con el espíritu como de espuma y conmigo entró un negro que estaba desesperado. A él no le fue muy bien, no le querían dar sus euros pero a mí, me costó no más de 5 minutos conseguir el papelito que decía que me devolverían los 18 euros que me correspondían. El gordo y yo hasta intercambiamos varias tallas (¡en inglés!), en las que, claro, él no sonreía, pero en el fondo se reía yo creo. Yo estaba abriendo las maletas para mostrarle “mi mercancía” e iba recién en la mitad (mostrando lo que venía en la mochila) cuando me preguntó “¿está todo ahí?” “Sí, claro” le dije y me miró y me dijo algo así como “mmh, seguro…”, pero inmediatamente me dejó pasar y me dio el voucher. Marie Claire no podía creerlo.

Después solo me quedó volver a Iberia y volver a pasarles mis maletas sin mediar ningún trámite.

En Barcelona, como tenía una ventana de 6 horas me fui al centro y compré como 20 libros. O sea, que me subí al avión con otros 10 kilos de peso extra. Pero nadie me dijo nada. Yo seguía sonriendo.

Es raro. La fuente de ese “poder” es una actitud simple y compleja a la vez. Es desprendida, como asumiendo que lo que sea que pase va a pasar igual, y está bien que pase, algo así como “lo que será, será”, que si te toca pagar, que si te toca dar un traspié es lo justo, que no hay drama, pero sin embargo, es una actitud de total fe, de confianza y seguridad en que todo va a salir bien, que la realidad puede abrirse para que tú pases sin problemas. Que se puede surfear por la realidad siempre y cuando trates a los demás seres humanos con respeto, con calidez, con ternura, con acogimiento, con alegría.

Una existencia inconmensurable

Por último, sólo me queda contarles una experiencia muy puntual y muy impresionante. Estaba volviendo de visitar Camden, el barrio punk de Londres, cuando, bajando la escalera del metro, vi un hombre cambiándose una polera. No pude evitar mirarlo, con pudor como se mira a los minusválidos, con vergüenza precisamente por mirar. Era un hombre totalmente quemado. Todo el torso, todo el cráneo, los brazos, la cara. No tenía casi manos, solo unos muñones. Prácticamente, no tenía facciones o rasgos: casi no tenía nariz y sus ojos no eran más que unas aberturas en el paño de cicatrices que era su piel. Se me salió un puchero, como un hipo. Y cuando entré al vagón de metro se me salió el llanto entero.

La existencia física de ese hombre desarmó toda mi capacidad de comprensión. Estaba simplemente fuera de mi alcance. ¿Cómo es capaz de vivir? ¿Por qué no se suicida? Es imposible traducir su vida a la mía, a las vidas de los que conozco, es imposible pegarse el salto desde su experiencia de vivir a la de cualquier otro con el que he conversado. Por ejemplo, imagino que es ridículo pensar que ese hombre sufra por la mirada de los otros, por la dificultad del contacto, por la discriminación o el rechazo. Si lo hiciera, de un modo vivido y no ideológico, no tendría ningún sentido su existencia -quiero decir- su perseverancia en la vida. ¿Qué puede hacerlo sufrir, entonces? No tengo ni la más mínima clave….su vida es inconmensurable…al menos para mí.

Y no sé qué me hace sentir…

lunes, febrero 19, 2007

6. Y... ¿le ves el final?

¿Y le ves el final?

Así me dijo un día Nathaly, cuando me preguntó por mi tesis. “Eeeh….sí, más o menos…o sea avanzo mucho y sé para dónde va la cosa yyy…sí, se podría decir que le veo el final” JA! Esa noche se desató mi ansiedad y no dormí y desperté con náuseas y dolor de cabeza y todo pésimo. Aunque ya andaba medio tiritona, esa noche me pasó que me despertaba y respiraba y hacía igual que hacía cuando chica si lloraba mucho rato que los sollozos –la respiración entrecortada- me duraba toda la tarde.

El carrete del viernes que conté en el informe 5 fue muy piola. Con Nathaly fuimos a comer un Doner Kebab (yo tenía hambre, porque me pasó a buscar a la U como a las 9 pm) y después fuimos a un bar que se supone es de los más bohemios de Bruselas y bebi –sí bebi, ella bebió té, que no es beber, sino “tomarse un tecito”- un par de cervezas exquisitas que se llaman Geuze, que son ácidas y un pelito dulces. Mmmh! Conversamos harto, creo que tenemos mucho en común, incluso en nuestras historias amorosas y eso sería todo. A las 12:30 nos fuimos pa´la casa. En su defensa debo decir que no se sentía muy bien. Y al día siguiente no salimos, porque estábamos cansadas y porque no había ningún panorama….buuuuh. Pucha que se echa de menos bailar! El domingo me sacó a pasear y fuimos a Brujas, que es realmente lindo, muy antiguo y romántico. La Venecia del norte, le dicen porque tiene canales, pero esta es más germana. Entramos a una iglesia, estaba terminando la misa y comenzaba la adoración de una reliquia religiosa que se supone -disculpen mi escepticismo- es la sangre de Cristo que se licua en determinadas circunstancias o momentos. Yo le recé y le prendí una vela por mi primo, su mujer y su pequeña hija recién nacida, para que todo salga bien. Para estos efectos, yo creo que importa poco si la sangre es la de Cristo o de fulanito de tal o si es un líquido ferroso cualquiera. Después caminamos por todas las calles curvas, tomamos café y nos fuimos a la playa a Ostende, una ciudad más allá, a comernos el pic nic que yo había llevado. Lo pasamos de lujo.

La semana fue de pega ardua y el miércoles fui a un concierto, en Ancienne Belgique. Es un lugar grande para 2000 personas, como un teatro-disco (como la Blondie pero sobria), osea es un espacio grande con un par de bares, y dos pisos con balconcitos. Fui a ver a Clap Your Hands Say Yeah, mi grupo favorito del año pasado. Me puse bonita, sacrificando la mantención térmica, y partí. Me compré una pequeña petaquita de whiskey que me tomé en el camino porque no sabía si me iban a revisar en la entrada (no me revisaron nada). El concierto estuvo fenomenal, sonaba la raja, y los músicos tocaron espectacularmente, pero ¡estos belgas! Son tan fomes! Escuchaban el concierto como si estuvieran en la ópera. Tiesos, apenas movían un poco la cabeza. ¡Y es rock, por Dios! Yo salté, grité, bailé y canté. Feliz! Era la loca del lugar. De hecho, con el grupo telonero -que no me acuerdo el nombre, pero estaba bueno- bailé harto y como no estaba lleno todavía me moví a mis anchas y cuando me fijé, la gente estaba mucho más cerca entre sí de lo que estaban conmigo. O sea que habían dejado un círculo a mi alrededor. No se les fuera a pegar la diversión!

Nathaly me fue buscar (¡qué amorosa!¿no?) y esa noche fue la noche del espanto que les conté al principio. El jueves en la mañana nos despedimos porque ella partía el domingo de vuelta a Kinshasa y yo me iba a Milán. Me fui a la U, pero no pude trabajar, así que Mauricio me conversó, quizás de qué cosa porque ya se me olvidó. Y a las 3 partí a Italia. Esta cuestión de los transportes en Europa es bien difícil de entender. El pasaje en avión me costó 40 EU (que eran puras tasas porque el pasaje costaba 2 EU ¿?), pero el avión salía de Charleroi, Brussels Sud. Que de “Brussels Sud” no tiene nada, porque es OTRA CIUDAD! Es como ir a tomar un avión a Viña del mar y que a eso le llamen “Santiago West”. Na’que ver! 20 Eu me costó ida y vuelta el bus hasta Charleroi airport. Y 12 EU ida y vuelta el bus entre el aeropuerto de Bergamo (onda Rancagua o San Bernardo), donde aterrizamos, y Milán. Osea que llegar a los aeropuertos me costó casi lo mismo que el vuelo ¿Quién entiende? ¡No tiene sentido!

Antes de hablar de Milán les voy a contar de Bruselas. En mi camino a la U, que es lo primero que vi de la ciudad, paso por los barrios más feos y más pobres (ni comparados con los barrios pobres nuestros en todo caso) así que eso me dio al tiro una perspectiva menos turística de Bruselas. El centro tiene unos edificios de ensueño y unas iglesias para morir de lindas, pero la arquitectura y el crecimiento urbano no ha respetado nada acá. Nathaly, me dijo que incluso podía hablarse de la “bruselización” de una ciudad cuando pasaba eso de que al lado de una de las Catedrales góticas (¿creo?) más hermosa de Europa hay unos edificios modernos horribles, unos de los ’50 y ’60 bien funcionales y más allá unos de espejos…en fin espantoso para el ojo. Hay que mirar haciendo como los cineastas que recortan la visión encuadrando con las manos lo que filmarán. La ciudad es bastante cochina, además. Las calles usualmente tienen basura, plásticos, papeles y eso que está lleno de basureros.

Y una cosa que he confirmado por estos lados (ya me había dado cuenta en España) es que en Chile vivimos rodeados de gente que nos hace unos servicios que nos parecen casi obvios, invisibles y automáticos, pero ¡no lo son! Por ejemplo, acá nadie te toma el equipaje para dejártelo en la guata del bus y nadie te da un tícket que comprueba que te pusieron algo allí. Acá, cada cual se rasca con las propias uñas. Y cada uno pone sus compras del supermercado en las bolsas (que por cierto las venden para desincentivar el uso, la producción y el deshecho de plástico, entonces hay que llevar las propias bolsas o un carrito de feria desde la casa) mientras la vieja de atrás te apura y la cajera te mira con cara de “estúpida, para eso es el mesón del frente, acomode sus cosas con calma más allá” pero no dice nada. No hay gente haciendo el aseo de las calles todos los días, y tampoco las oficinas las asean todos los días. O sea que Pedrito y la Señora Pilar son un lujo, pero de aquellos!! Y por supuesto que no hay cuidadores de auto (lo que adoraría si fuera así en Chile), ni ayuda doméstica –Nana, que uno le llama en Chile, como si fueran las gordas del campo que te daban de mamar de su propia teta del siglo XIX- lo que puede ser positivo o negativo dependiendo de dónde se le mire. Pero siendo bien honestos, ¿quién no aspira a ganar suficiente sueldo como para pagarle a otra persona que te limpie la casa, te lave la ropa y te haga de comer? Yo lo hago y no encuentro que sea una labor de menor categoría, pero claro me pagan mejor por el trabajo intelectual. Aunque a ratos cambiaría la paja mental por la mecánica del escobillón de water, la ciencia del trapero, el sudor del limpiado de vidrios y el olor del cloro. No es menos digno limpiar y cocinar, y es más útil que mucho del trabajo académico o intelectual que se hace en el mundo….pero eso sí es mucho más invisible. Si está bien hecho, nadie lo ve…. Qué triste…Bueno, yo que soy un poco obsesiva lo veo, sí que lo veo, aunque es verdad que es más fácil ver la falla (el chorreado en el refrigerador, el horno microondas con grasa, los dedos en los interruptores de la luz).

Acá me ha tocado lavar a mano. Llevo 2 meses lavando a mano. Excepto por el primer día que llegué a Bruselas que tuve que ir a la lavandería porque traía TODO sucio, el resto ha sido, darle restregando. Y AMO MI LAVADORA AUTOMÁTICA! Y también AMO MI TELEVISOR, que me adormece, me anestesia de la vida, me olvida de mi misma, y es el recreo más cotidiano y más barato que existe. ¡Quiero ver tele! Sobretodo cuando ya estoy cansada de trabajar y en el depto no hay nada que hacer, salvo escuchar música y mirar por la ventana.

Con Cristóbal lo pasé súper bien, fue rico. Conversamos, paseamos, comimos y bebimos un poco. Caminamos por la ciudad, me invitó a comer pizza (¡cómo no?) y yo lo invité a tomar helado, los mejores inventos de los italianos, después del diseño aplicado a los zapatos, la ropa y la decoración (y la pasta, se me olvidaba!). Tiene un bonito departamento, pequeño y comodísimo en el centro, centro. A una cuadra del Duomo. Ideal. Hablamos de la pega, del amor, de los amigos. De la angustia. Me hizo bien.

El sábado me llevó a la casa de Michele, un amigo neurólogo un poco más viejo. Era un pelado, alto, bien hecho que tenía una casa para caerse de rajaaaaaa!!!! Imposible describirla, pero imagínense un espacio enorme de doble altura, con vigas a la vista, biblioteca de madera clara apoteósica hasta el cielo, chimenea donde cabe un cordero, sofás, plantas hermosas, cocina equipadísima grande luminosa…y no conocí su dormitorio, pero debe haber sido espectacular. En Barcelona conocí otro tipo igual, también su casa me dejó boquiabierta. Y el refrigerador!!! No se me pasó fijarme en el refrigerador, que hubiera comida y no sólo ketchup y cerveza, que hubiera aliños, cosas ricas y frescas. Y todo limpio, impecable. Pensé... “¿cómo es que a mi nunca me ha tocado conocer uno así?” No es que me importe el billete, pero es que sería maravilloso enamorarse de un hombre que vive así: uno agarra su maletita, sus churrines, su cepillo de dientes, la crema nivea y se va a instalar allá, se acomoda, y goza de lo que él te da. ¡Regio! Claro que a la hora que el amor se acaba, uno agarra su maletita, sus churrines (que están medio rotos), su cepillo (todo chascón)….y parte igual como llegó pero más vieja y quizás adónde va… ¿Dónde la mamá? Pero al menos no perdió nada en el camino, digo yo. En fin. Nuevos descubrimiento de lo obvio, por Macarena Domínguez. Nunca había pensado en algo así. O quizás imaginaba que en Chile, no existe mucho ese tipo de hombre y que si existe, se trata de un pijecito que heredó la plata del papá, cuico, odioso, cartucho o conservador, o de derecha, o ignorante, o insensible, o culto pero soberbio y arrogante, patrón de fundo, machista y misógino. De esos que quieren una mujer gomero y con los que yo no tengo tema de conversación, ni química en común.
Vamos a tener que probar la hipótesis, las chiquillas solteras que cuenten su experiencia.

Bueno, Milán…La arquitectura es fea, a mis ojos. Muchos edificios iguales: una ventana con arco de medio punto, la otra con un triángulo rectángulo, una con arco, la siguiente triángulo. Bien Romano y poco romántico. Bien duro. La Plaza del Duomo, preciosa, espectacular. Por ahí, hay vestigios del imperio todavía, unas columnas, la puerta de la ciudad. Me pasa con las columnas antiguas (lo hice en Brujas y en Milán) que me da ganas de abrazarlas. Son tan antiguas, llevan tanto tiempo allí…si pudieran hablarnos, han sido testigos de tanto….quizás comprenden….no sé… es como abrazar el tiempo. La gente las fotografía, yo no llevo cámara y las abrazo…otra vez la loca (pero en estos actos vandálicos casi nadie me vió).

El viernes fui abducida, pero no por los OVNIs, sino por una tienda que se llama Promod, que es una “gran tienda” como Almacenes París, pero sólo de ropa de mujer y está en toda Europa y más allá también. O sea muy masiva, muy grande. Perdí la conciencia como por 6 horas y luego me vi en la casa con dos bolsas enormes. No lo pude evitar!! Era demasiado barato!! Más barato que en Chile, porque acá era como la segunda patita y final de la liquidación y sí que rebajan. Me costó un mundo decidirme qué llevar (me probé 80 veces y como media hora cada vez, las clientas me amaron…pero no dijeron nada), todo era bonito y botado. Compré puras cosas lindas para trabajar, en todo caso. También me compré unas botas largas preciosas. No puedo inaugurar mi año laboral vestida con las zapatillas viejas que compré en el líder, las pilchas de universitaria andrajosa con las que he andado en los últimos…..a ver…en los últimos…..16 años?

Creo que el desorden y el rock tendrán un espacio en mi cabellera (que necesita urgente un corte con estilo “Gálvez, Sálvame”), en mi atuendo trataré de cultivar algo más sofisticado y el rock lo dejaré para después de las 6 (¿será ésta una estrategia para creérmela?...no sé…pero, a ver si crezco de una vez! Ya no tengo veintytantos y si seguía así iba a convertirme en esa vieja patética que vimos con la Sole en Madrid pintarrajeada como la Siouxie…¡nooooo! ¡¿dónde están mis asesores de imagen!? Consuelo! Pablo! Mamá… a veces…)

Esa noche no pude dormir desvelada con la estupidez del nervio de cómo me iba a llevar la ropa a Bruselas y luego a Santiago…nadie puede…Ansiedad pura que se agarra de las cosas más inverosímiles para desvelarte. Pero llegó la salvación!! Michele me recetó benzodiacepinas, eeehhhh. Lorazepam de 2,5. Me estoy tomando medio en la noche y todo anda mejor.

Por supuesto que mi inteligencia elaboró un plan perfecto para trasladar mis bártulos, así que no creo que tenga que pagar ni sobrepeso. Jijiji!

Y eso por ahora. Trabajé como china entre lunes y miércoles. Mañana parto a Paris a visitar a la Fran e Ignacio y voy a ver al Seba Campos también, parece. Vuelvo el domingo. Me queda la última semana de pega fuerte y el viernes tengo los pasajes que Gabriel Salas me compró y mandó para ir a Londres hasta el domingo. Ya estoy raja, voy a quedar más raja y mi pega comienza al día siguiente que llego a Santiago! Así que recójanme con espátula, me dan unas energizantes bienvenidas, me llevan al sol, me dejan en la horizontal y me dan pura lechuguita, sandía, duraznos, melón y tunas. Y un bistequito que los echo de menos…

Mil besos y abrazos
Ya falta poco!!
Los quiero
M.

viernes, febrero 02, 2007

Uno cortito







Esta es la arquitectura que les digo que me gusta haaaarto.

















































Este va a ser cortito porque tengo mucha pega en la tesis.
Llegó Nathaly, la dueña de casa, del Congo donde estaba trabajando. Yo me imaginaba que ella trabajaba en una ONG o institución religiosa y hacía trabajos “humanitarios”. Pero no es así, trabaja en una consultora y está haciendo una asesoría a un banco belga en Kinshasa. Entonces, más que parecida a una monja (como yo la había imaginado, a veces) se parece a una ejecutiva bancaria. Pero es bien simple en su vida cotidiana y muuuy simpática. Su padre es chileno y su madre (Marie Claire) belga. Ella es una nórdica total, medio colorina, con ojos color celeste agua y él era moreno, bien chilensis. Nath parece árabe, es una morena delgada y crespa, no se parece en nada a su mamá.

Como dije es muy simpática y esta noche me invitó a salir a carretear YUPI!!! (yo me he quejado harto de que no he salido). Ayer me invitó a un cumpleaños y yo creí que iba a mi primer carrete, pero no. Éramos la cumpleañera, Nath y yo. Y hablaron en un francés muy cerrado y suavecito como para que yo entendiera una sola palabra (bueno, una de repente por ahí, sí, pero no más que eso!!!).

En la tesis avanzo harto. Se me iluminó la ampolleta de dónde hay que meterle cabeza y en eso estoy. Tengo una semana para tener un producto listo para trabajarlo teóricamente. Y tener harta pega me gusta. Hace los días más cortos y me da una sensación de presión que es agradable.

El martes fui a una reunión a Lovaina La Nueva (acá al lado) con Jean Luc Brackelaire, que también es de mi comisión. Es un tipo bien adorable, un blanquito, flaquito, algo arrugado y pelado, pero joven (no un veterano como yo me había imaginado). Y es ultra amable, suave, gentil y habla castellano. La reunión duró muy poquito y solo era para ponernos de acuerdo en cómo y qué trabajar la próxima reunión, más larga. La cosa es que esto de los valores de las cosas me sigue impactando, porque mi ida para allá me costó 7 lucas. Cuesta más de 3 lucas el pasaje de ida y son sólo 30, 40 minutos, máximo. Uf! Bueno, para aprovechar el viaje después que Mauricio me dejó en la puerta de la estación (La Gare) y le hice chao con la mano, me devolví a vitrinear, porque era la última semana de Liquidación (Soldes). No sólo soy una doctorante! Soy mujer, Ya! No me puedo resistir! Pero no compré nada. Estuve a punto eso sí. La cosa de los precios es loquísima. Porque las cosas son en general muy caras, sobre todo los zapatos (de 100 EU pa’ arriba), si es “de diseño”, si no es masivo, etc. Pero hay dos excepciones: los negocios “jabibi” que están camino a la U que son como supermercados de cuestiones importadas principalmente de China, y las súper liquidaciones de algunas tiendas que rebajan de verdad. Casi me compro unas botas vaqueras de cuero y con forro de cuero (por 32 EU, osea 22 lucas), pero no me pude imaginar con qué me las iba a poner. Como que no me vi vestida de jeans y botas vaqueras….me imaginé una de esas minas, bien aminás y plásticas santiaguinas y no me hallé. También había una chaqueta de cuero azul bonita a 45 EU (31 lucas) pero no me sentí convencida…además como todavía no me pagaban el sueldo me dio cosa.

En fin, Mauricio me invitó el viernes pasado a comer a su casa y a jugar voleibol el sábado en la mañana (por lo tanto era con quedarse a dormir). Ël vive con su familia en una casa la raja en una villa cerca de Lovaina la Nueva. Su mujer estaba enferma en cama. Había que esperar que una señora, mamá de un amigo, viniera a buscar a los niños. Así que él cocinó mientras esperábamos un pollo con arroz. Todo esto para decir que ninguna maravilla, ni la comida, ni el voleibol (porque apenas pude jugar, siempre juegan los buenos, en ese deporte!!!), ni el almuerzo en restauran esa tarde que menos mal pagó él porque no llevaba mi billetera y me hice la hueona. Lo más chori fue conocer Lovaina, como una ciudad hecha por Castillo Velasco, con puro ladrillo a la vista y entera peatonal (los autos andan y se estacionan principalmente subterráneamente) y ver esos prados y bosques donde viven estos belgas afuerita de Bruselas.

El domingo me di unas vueltas por la ciudad y conocí unos parques increíbles. Debo retractarme de que lo que dije acerca de que esta ciudad no es bonita. Hay lugares preciosos. Los barrios más burgueses tienen unos edificios y casas hermosas, muy en la onda art decó y art nouveau. Harto ladrillo también. Y la ciudad contiene unos bosques grandes bonitos. Vi un lugar que tiene un pabellón chino enorme (leones imperiales, serpientes, peces, figuras de viejos chinos haciendo cosas, mucho dorado) y uno japonés. Y vi el Palacio Real (desde afuera) y cosas así. Debo decir, eso sí, que es bien monumental todo, o sea bien tieso y lleno de reglas, y no se puede pisar el pasto, ni traspasar las vallas, ni echarse por ahí, ni nada. Sigo prefiriendo el Parque intercomunal, entonces. Lo que pasa con lo monumental es que no está abierto a ser habitado, a ser llenado de significados personales o colectivos, a ser re significado. Entonces, es como estar en un museo. No se puede intervenir en el espacio.

Voy a seguir con la tesis. Solo me queda decir que mi ánimo mejora día a día y que ya estoy coordinada con Cristóbal para ir a Milán el 8 de febrero y con la Francisca Sánchez para ir a Paris el 16. Quizás hasta me salga invitación a Londres, con Gabriel Salas. Ojalá!!! Porque yo no puedo costearlo…

Abrazos y besos por miles.
M.

jueves, enero 25, 2007

4 Viajar y la soledad



Se ha puesto a nevar suavecito. Y como no caen grandes copos de nieve es como si cayera mugre u hollín del cielo. Afuera hace muuuucho, pero MUUUUCHO frío. Hay un vientecito que te corta como cuchillo. La gente se acostumbra a todo, parece, porque hay unas viejas (hay hartas viejas en esta ciudad) que andan con sus zapatitos negros de vieja sin calcetines.

Entre el clima y el agua (durísima) parece que me estoy volviendo lagarto. A mi piel no le gustan nada estos cambios. Ayer tenía la cara tirante y enrojecida en algunas zonas, me ardía fuerte bajo los ojos y alrededor de los hoyos de la nariz. Esta mañana amanecí con zonas escamadas, pero creo que un poco mejor.

Los primeros cuatro días en Bruselas fueron inolvidables. Me sentí como en un reality, como en una suerte de experimento psicológico de esos que hacían mis colegas en el siglo pasado cuando nadie los fiscalizaba. Estaba sola, en un departamento ajeno, sin Internet, sin teléfono, sin televisión, en una ciudad desconocida en la que hablan dos idiomas, pero ninguno de los dos entiendo ni hablo. Sólo tenía música (porque la radio me marea, como no entiendo ni jota…) y algunos quehaceres para llenar mi tiempo.
El jueves Marie Claire me trajo al departamento y me mostró cosas básicas. Luego me quedé sola y me las tuve que ver conmigo misma. Hice el aseo –lo siento, es verdad, lo necesito- sobretodo el del baño, saqué mis cosas de la maleta y puse la ropa en mi estantito. Y la maleta la dejé en un rincón vacía. Eso me dio un minuto de felicidad. Me tomé un té y un pancito y me puse a escribir el informe 3. En la noche salí a caminar. No había mucha gente en la calle y en algunos bar-restaurant había algo de gente. Vivo al lado de Place Meiser, una rotonda, bastante central, pero en la misma plaza no hay más que un bar y una librerie (donde venden tarjetas de llamadas, pre pagos para celular, diarios, revistas, cerveza y cigarros). Caminé por una calle que sale de la rotonda que se llama calle de Lovaina y por la siguiente. Descubrí donde había teléfono y lavandería. Un tipo se me acercó y me habló, yo le dije que no hablaba francés pero insistió en hablarme. Luego me invitó a tomar un café, le dije que prefería una cerveza. Me dijo que fuéramos a su casa. Pensé “ni cagando” y le dije “prefiero un bar”. Pasó a su casa a buscar algo, quería que yo subiera, yo le dije “no, yo te espero aquí”. Él todo el rato preguntaba “Por qué no?”. Yo pensé que me convenía ponerme un poco más sociable, sino iba a pasármela sola y, en esta situación, uno intenta ser flexible, entendiendo que no maneja los códigos del lugar y que tiene que ir “cachando”. Bueno, al final comenzamos a caminar hacia los bares y el tipo empezó poniéndome el brazo por sobre los hombros, como amigote “buena onda”. Yo no pesqué, porque no me apretaba, ni me atraía hacia él ni nada. Además yo andaba como oso de abrigada, con la media parka, casi no sentía su brazo. Cuando le dio por tomarme la mano lo mandé a la cresta. Y todo el rato, el muy estúpido preguntaba “por qué no?”. Qué lata! Bueno, cuento corto, yo no sé si lo llamaron o si el tipo vio que no iba a agarrar pan ni pedazo e inventó un llamado telefónico, pero decía “¿Tengo que ir ahora?” y se fue. Yo seguí dándome vueltas y cuando me decidí a entrar a un resto-bar (el que está frente a mi casa) me dijeron que estaba cerrado (todavía había gente adentro) y no me atendieron. Así que pa’la casa, no más, a acostarse.

El viernes Marie Claire trajo un microondas. Me vino a buscar y me mostró cómo llegar a la Universidad y me acompañó a sacar un abonnement de transporte (un pase mensual libre para febrero al metro, buses, tram, etc). Marie Claire es bien volada y además no se mueve mucho a pie por Bruselas, a la vuelta estaba totalmente perdida y fui yo quien me ubiqué en la dirección correcta y al día siguiente descubrí que había una mejor forma de llegar a la U. Luego volví a quedarme sola. Fui al supermercado y obviamente me demoré harto, tratando de cachar qué comprar y no quedar en la ruina. Y en la noche fui a la lavandería, una de esas que salen en las películas gringas, donde uno lava su propia ropa con unas fichas que mete en las máquinas y puede llevar su detergente (pero yo no tenía). Ahí había un señor que hablaba algo de inglés, por suerte, y me ayudó a lavar. Igual yo llevaba como 10 minutos mirando todo y tratando de comprender y lo tenía bastante descifrado pero me alegró que el señor me entendiera y fuera amable. Mientras la ropa daba vueltas en la máquina, fui al locutorio (así se llaman en Barcelona los lugares que tienen teléfonos y computadores con Internet). Acá no es como en Chile que hay Internet inalámbrica no segurizada o libre en las casas o edificios o en algún café o Restaurant. Eso del WIFI (En España, que dicen todo en Castellano, dicen GÜIFI!! y yo me río como loca!!! Y también dicen Melburne por Melbourne) no es un servicio gratuito que te provea alguien. O sea hay que pagar!! Y el que estaba más cerca de mi casa era pésimo. Para empezar no pude mandar el mail que me demoré 3 horas en escribir y que llevaba en mi pen drive porque no tenía USB. El PC era como un 386, muy viejo y lento y más encima el teclado en francés era una dificultad atroz. Sólo logré mandar un mail de “Llegué. Estoy OK”. Quería mandar mi número de teléfono pero no me lo sabía. Todo lo tenía anotado en la carta escrita con anticipación. No logré hablar con Pablo que no estaba en línea y tuve que correr a la lavandería minutos antes de que él llegara a casa. Volví con la ropa limpia a casa, comí y me tomé una cerveza y me acosté. Ya empezaba a acogotarme la sensación de soledad y aislamiento.

Dormí más de lo aconsejable, porque acá es muy oscuro. Se oscurece temprano, a las 5 pm, y amanece tarde, después de las 8:30 am. Salí a caminar durante el día, después de estudiar a fondo los mapas para ubicarme (así caché que había una manera más fácil de llagar a la U) La ciudad es difícil, no tiene diseño de tablero de damas, así que uno pierde el norte, por así decirlo. Conocí la Grand Place, que sería algo así como la Plaza de armas, y el centro en general. Me habían dicho que esta ciudad era preciosa, pero yo no hallo. La plaza grande tiene puros edificios muuuuy antiguos, del siglo XVII ( y eso que era del siglo XII, pero la destruyeron en una guerra en 1695). El más nuevo es de 1852, pero hay hartos del 1600. Y claro es bonito, allí y en otras plazas hay construcciones góticas y otras de otros estilos, y grandes iglesias que te dejan sin aliento. Sin embargo, lo más bonito, para mi gusto son unas casas o edificios de 3 o 4 pisos, flacos y largos, con arquitectura art-nouveau y algo de art-decó. Las ventanas y las rejas de los balcones, ambos entre bombé y bow-window, me encantan! Esta es una ciudad muy diversa con edificios modernos de espejos y Malls y casas altas, y edificios normales sin ninguna gracia. Comer es más caro y las cervezas ricas y propias de acá en los locales no son nada de baratas, pueden cotar 5 eu. Igual me tuve que tomar una caña de shop por 2 ue para hacer pipí. En el centro había harta gente pero más turistas que nada, parece. El barrio donde me alojo está es bien céntrico pero hay que caminar una subida empinada de 5 cuadras o más para llegar al lugar más cercano donde pasa algo. Donde hay bares y restaurantes. De todos modos todo cierra relativamente temprano los días de semana. Como era Sábado en la noche, quería saber qué onda la diversión y llamé a Alicia, una amiga de la Negra Sánchez cuyo teléfono me había dado antes de partir. No me contestó. Le mandé un SMS pidiéndole que me recomendara un lugar. Nada. Así que me tomé 2 o 3 cervezas en la casa y casi me vuelvo loca. El silencio era enorme. Es un barrio bastante residencial, pero debe ser el grosor de las murallas y de los vidrios que se escucha tan poco ruido y voces. A ratos me sentía en un pueblo fantasma. Como a las 2 unos pendejos estaban animadamente haciendo alboroto en la calle, parece que filmaban en un celular mientras bailaban. Había un auto de policía en la esquina, según caché y no pasaba nada con los cabros. Unas risas en la escalera. “Hay gente que lo está pasando bien” pensé. Yo miraba por las ventanas como las viejas locas, como la vecina de la Negra Sánchez que no sale a la calle hace 6 años, excepto para ir al médico. En la tarde había mandado el mail anterior con el teléfono (que luego descubrí estaba malo) y me atormentaba la idea de que Pablo no me llamara.¡Lo necesitaba tanto en ese momento!. Por supuesto que me dio por preguntarme todo: “¡¿Qué hago aquí?!”, “¿Por qué chucha me metí a este doctorado?”, “¿Qué sentido tiene el trabajo intelectual?” “¿Qué sentido tiene la generación de conocimiento?” Y por supuesto que mis respuestas eran “nada” y “ninguno”, y sólo me importaba descubrir los pasos que hay que dar para tener una vida feliz y ninguno era por aquí (o al menos no eran imprescindibles, ni siquiera necesarios). Y pensé “Quiero una vida simple….. ¡cómo la de la Consuelo!”. Y claro, lloré, hasta que el sueño me venció ¡por fin! Y lloré también el domingo, donde se repitió todo igualito, salvo que había menos gente en las calles y estaba el comercio (excepto restaurantes) cerrado. Para evitar la locura total compré una tarjeta para llamar desde el celular cuando estuviera en la casa (yo prefería llamar desde la casa que era el lugar en el que me angustiaba más y no desde un locutorio, ya que mientras estaba en la calle todo funcionaba un poco mejor, estaba más “fuera de mi”). Lo intenté por 2 horas después de comida y nada. En inglés, en francés. Salí a la calle a intentarlo desde una cabina. Me cagué de frío y otro jote – más adulto- se me acercó a hablarme y me invitó a su casa a tomar café y the same shit, “no hablo francés, no, no, no gracias (usar su teléfono fijo), no porque no”, etc etc. Al final, estaba tan desesperada que llamé directo desde el celular, primero 10 segundos para pedirle a Pablo que me llamara y luego, como no pasó nada, 57 segundos para hablar con él y en eso me gasté las 10 lucas con que lo había cargado.

La soledad.

Le respondo a Vero: yo no creo para nada que yo esté tan sola en Santiago como acá. Yo no creo que sea así, yo no creo –como mucha gente lo hace- que uno está solo en el mundo. Yo no lo siento así, no en mi vida cotidiana ni en mi vida extraordinaria. Sólo en experiencias muy limítrofes como un enorme dolor, uno siente que en esa experiencia se está solo porque es imposible de transmitir o de elaborar junto a otro. Pero en el resto de la vida, yo vivo conectada y participando de una red de gente, que quiero y que me quiere y esos lazos me constituyen. Esas relaciones son parte de mi ser.

En fin! Ahora todo va mejor, mucho mejor. Ya vengo a la Universidad y trabajo en la tesis y eso me saca de mi misma y me da un quehacer y una meta. Además hablo con Mauricio y tengo Internet y hablo con Pablo, lo que me pone contenta y me conecta con mi gente.

Bruselas es menos peatonal que Madrid o Barcelona, y bueno ¡hace más frío!, quizás por eso. Acá hay más estacionamientos (excepto en el centro), y no he visto tacos. Hay sólo 2 líneas de metro (en lugar de 12) y unos trencitos que se llaman “premetro” y que son aproximaciones a otros sectores. Tram, que son lo mismo, dos vagones que van sobre rieles a nivel de la calle y enchufados arriba a unos cables, como los omnibuses (creo). Buses y Lijn (que es una línea distinta). El sistema es mucho más difícil de entender y de manejar, pero se logra después de un estudio exhaustivo de varios mapas de transportes. Sin embargo, hay que esperar el tram en el paradero harto rato y uno se congela. No hay motos como en Barcelona. Eso se me había olvidado comentarlo.

A ti, Pablo, te encantaría porque las motos son casi más comunes que los autos en BCN. Y de repente uno ve cosas divertidas, como una vieja, perdón una mujer madura, como la madre de cualquiera subirse a una moto. O el señor saliendo de la oficina, se sube a su moto y se va pa’la casa. Claro que la mayoría son scooter y no motos choperas o de las otras. En Barcelona, también vi ene tiendas de diseño y decoración, pero exclusiva o casi exclusivamente, de dormitorios. Camas, ropa de cama (pa’morirse de lo linda!!!), veladores, etc. Acá también he visto. Yo me pregunto si será porque, como la gente comparte tanto las viviendas, el dormitorio se transforma en el espacio de expansión-expresión-manifestación- y- vida de uno mismo y su identidad. Como cuando uno era adolescente y era tan central el “póster”, el incienso, el tapiz, o lo que fuera que uno le ponía a la pieza. La transformación del dormitorio de niña, decorado por los papás al de “grande” decorado poco a poco por uno (hippie, dark, electrónico, scout, como fuera) era fundamental. Asimismo, supongo que es la cosa acá. Los jóvenes y adultos casi no pueden vivir solos, ni siquiera si se emparejan y a veces incluso con guagua, por lo tanto, el dormitorio es su espacio más natural.

Por otra parte, he comenzado ya a opinar sobre la gente. Acá en Bruselas la gente me parece, en general, fea. No he visto ningún mino, ni mina como para darse vuelta a mirar o por lo menos para quedarse mirando. Ayer vi uno más o menos, pero parece que no era de aquí porque me preguntó cómo iba a la estación de trenes (yo le supe contestar lo que me hizo sentir muy bien!! Muy ubicada!). Hay muchísimos inmigrantes. Mi guía turística dice que 30% más 10% de hijos de inmigrantes con pasaporte Belga. Hay africanos (del Congo principalmente o por ahi), árabes y del medio oriente y muchos de Europa oriental (nunca sé de dónde porque me parece que hablan todos muy parecido: checo, rumano, polaco, eslavo, ruso….para mi oído son lo mismo). Pero los locales no son muy bonitos tampoco. Bien desabridos, nada del “rucio manso mino nórdico” que esperaba ver. Algunos y algunas tienen la piel bien rosada y se ponen color de salchicha Swan. Otros son no tan rucios-rosados, sino blancuchentos y feítos. Harta vieja y harto viejo (aunque yo los veo en el tram donde tienen transporte gratis). En el ómnibus podemos encontrar el modelito “latin lover”, solo que es árabe (creo), en lugar de latino. Pantalón relativamente ajustado, chaquetita ceñida hasta la cintura y el pelito engominado hacia atrás. Guaaajjj!!! Y miles de mujeres musulmanas con esa túnica que solo les deja la cara a la vista (bueno yo con gorro de lana y el polar en la cara me veo más o menos igual o peor).

Otra cosa que se me olvidó de contar de España! La Sole y yo fuimos a una exposición de Escher. Y la concurrencia me pareció de nivel pirulito y universitario. Nada de picantería popular de esa que va, a veces, a la estación mapocho a culturizarse. Pero resulta que como yo iba medio apurada (quedaba poco para que cerraran) metía la cabeza entre la gente para mirar los grabados y de esta forma pude escuchar varias conversaciones entre los asistentes y me sorprendió LO IGNORANTE DE LA GENTE!!! Onda la vieja con abrigo de piel y el marido explicándole “Pero no ves? Mira, aquí el hombrecito va subiendo y aquí va bajando, y aquí…”. Y el universitario que le dice al otro “no sé, parece que es un pozo, no sé ¿tu ves un pozo?”, y la Sole escuchaba “Oye, pero este tipo estaba loco?!”. Insólito. Yo creo que en Chile, el personaje universitario ABC1 sabe un poquito de qué se trata la obra del señor Escher, lo ha visto alguna vez, aunque no se sepa el nombre, reconoce sus grabados y cacha que es un tipo que dibuja una mano que dibuja una mano que dibuja una mano…o que dibuja lagartos que se transforman en aves que se transforman en ángeles, que se transforman…. O sabe que dibujó arquitecturas imposibles jugando con la perspectiva.

Lo dietético, otro tema que ha dado vueltas en mis informes. Les diré que acá en Europa no es parte del sentido común eso de preocuparse tanto como nosotros. Aunque hay mucha anorexia y se publican libros sobre nutrición y dietética, en los cafés nadie te pone nutrasweet, ni el supermercado está lleno de cuestiones Light. Por contraste me he dado cuenta de que en Chile se asume que si eres mujer y pides un café te traen sacarina, acá no, hay que pedirla y no siempre tienen.

Por último una última reflexión. Los viajeros usualmente disfrutan de conocer gente. A mí me pasa una cuestión rara. Años atrás ya me había pasado un poco, pero ahora estoy segura que es una cuestión mía y no circunstancial. Me pasa que me pongo antisocial porque siento que cualquier encuentro es efímero o transitorio. ¿Qué gracia tiene conocer a alguna persona simpática o chora por ahí si estamos todos de pasada?

Ese discurso de aprovechar los viajes para relacionarse y/o pinchar me parece tan absurdo. Yo no veo la gracia de hacer amistad o pinchar con un sujeto que:
1. no habla tu idioma, por lo tanto, cualquier comunicación es aún más fantaseada que cuando ambos hablan castellano; o
2. no vas a volver a ver.
¿Y si te queda gustando? ¿y si están juntos un tiempo idílico y se enamoran? ¡Viven en otro continente! ¿y si deciden prolongar este encuentro en Chile o en su país? Ya no será lo mismo pues el idilio termina cuando terminan las vacaciones!. Yo he pensado que para polvos casuales, mejor en casa, en el mismo idioma y ojalá en la misma comuna. Me tinca que este discurso lo inventó una mina que le da pudor soltarse las trenzas en su propio país y tiene que venir a abrir las piernas a cientos de miles de kilómetros de distancia, donde su papá no la vaya a pillar.

Y ese argumento de salir de Chile para “abrir la cabeza”, “ampliar el horizonte”, Sucks! Yo tengo la impresión que eso le sucede a uno a partir de la adolescencia -gracias a Internet y a la globalización, pero también a la lectura, las conversaciones, la imaginación, los amigos, atreverse a descubrir la diversidad de la propia ciudad y no aterrarse con lo diferente, lo guachaca, lo popular, lo pije, lo insólito, lo travestido- y si no le sucede a uno es que tiene la mollera bien dura y ni en Europa ni en Tombuctú se le va a abrir!!

He dicho!
Ya dejó de nevar (no nevó mucho rato, mucho menos que lo que me tomó escribir este mail) así que me voy a casa. Bueno, a “casa”.

Cuídense y gocen de estar en su madriguera, saltando en la red emocional que los sostiene!!
Hasta la próxima!
Y oigan, no porque el mail vaya dirigido a varios no me vana responder!!! Está dedicado a cada uno, lo juro!
Una abrazo.

sábado, enero 20, 2007

3




Esta es una foto de Barcelona, de los primeros días. Estoy con Tere y Karina y una amiga de ambas.




es terrible de difôcil escribir en el teclado francês!
UF!
acâ hace mas frîo, ya no me siento tan ridîcula bien abrigada, pero igual la gente no anda vestida como montagnesa; quizas eso lo saquê de alguna imagen de "El mundo al instante" de hace 20 agnos atrâs...


Ya llegué a Bruselas. Nathaly, la niña que me da alojamiento (¡gratis!), no ha llegado aún del Congo (donde está trabajando), así que su mamá me fue a buscar al aeropuerto y me instaló en su departamento solita. Nathaly no alcanzó a habitar en su depto antes de irse al Congo así que es raro, me dejó vivir a mi en él antes de estrenarlo ella misma!

Puedo probar un poco cómo es vivir sola, por 1 semana. Hasta ahora me siento sola como dedo (no sé por qué se dice así si los dedos son 10 o 20).

Vamos con el informe n° 3:

En Barcelona no hacía nada de frío la verdad. Hicieron hasta 20 grados un día. Lo frío era el departamento de la Karla en las tardes y en las noches. Imagínense esos departamentos de calle R. Cumming o de Concha y Toro sin estufa. Eso. Pero afuera no era tan helado, ni siquiera todas las noches, la gente estaba extrañada (hasta en la tele). Conversé con hartas personas que estaban realmente asustadas por el tema del calentamiento global y el cambio climático. A mi me faltó ver ese documental “Una verdad incómoda” (o inconveniente?) con Al Gore. Lo daban en el avión y yo justo me quedé dormida, así que no comprendo mucho las dimensiones del fenómeno, pero parece que son de terror! onda como para pensar mejor no tener hijos!

NO me acuerdo qué alcancé a contar en el informe 2, así que con el riesgo de repetir, voy a contar todo lo que se me ocurre no más.

La negra trabajaba, la Tere estudiaba y la Karla también trabajaba y además estaba bien polola y bien casera, así que no carretié mucho con ellas, y tampoco anduve muy acompañada durante los días. Tampoco se dio esa cuestión como de “anda a ver esto y aquello”, “no te puedes perder esta cuestión”, “yo te voy a llevara un lugar…”. Yo creo que por 2 razones: 1° la gente que se va a vivir a otro país no llega en la onda turística de ir a ver todo apurado, entonces mucha gente nunca ha ido a los lugares a los que podría mandarte. Por ejemplo, la Negra no hab+ia ido al Museo Picasso y fuimos juntas y así.. Y 2°, yo cacho que se cansan de hacer de guía turístico y además tienen sus vidas cotidianas bien colmadas de quehaceres.

La vida de turista solitario es un poco fome y bien solitaria, valga la redundancia. Es como parecido al fenómeno tesis: uno tiene que tener un motor interno para moverse y para decidir todo. “Ya mañana voy a ir al museo no se cuánto y luego voy a ir a no sé dónde”, “está bien gastar tanto en esto”…etc …etc y cuando uno está en un lugar lindo no se lo puede comentar a nadie. A mi me cansa esa cuestión. Además hay como un urgimiento moral respecto a que uno está en un lugar tan lejos, donde es caro llegar y hay que aprovecharlo. A lo anterior se suma la incomodidad de estar en lugares ajenos (“¿me podré comer esto?” “¿esta gente cocinará?”) y tener que hacer un esfuerzo, más grande o más pequeño, para las cosas más triviales como ir al supermercado o saber qué se está comiendo uno. A ratos preferiría estar de guata en el Quisco o echada en mi cama viendo tele.

En Barcelona hay muchas, muchas farmacias, como en Santiago. Pero claro la mayoría son como las boticas antiguas. Todo tiene más el look de almacén de principios de siglo europeo que de fast food norteamericano de los ’80. Casi no hay verde, las plazas no tienen árboles, ni pasto. Y hay unas nuevas “normas de convivencia urbana” (hará 6 meses según me dijeron) que son bien al estilo Lavín. “No rayar los muros. No destruir propiedad privada, ni pública. No beber en la calle, no mear en la calle, no dormir en la calle, no vender en la calle, no andar en skate ni en patines salvo en los lugares especialmente habilitados para ello, no estacionar la bicicleta… etc etc etc o arriesga una multa de hasta 1500 euros o cárcel en algunos casos” O sea, se acabó el hueveo!. Y me dijeron que el concreto en las plazas en lugar de verde y que las mojen de noche tiene que ver con mantener el orden público y que es la aristocracia medio fascista catalana la responsable.

Los supermercados que vi (vi hartos) eran chiquitos, bien provistos pero chiquititos como un pasillo del Jumbo. La comida no era taaan cara, ni siquiera los vegetales. En casa de la Karla nunca estuve en un momento hogareño donde se cocinara y todos comiéramos juntos. Creo que un sábado en que yo no estaba lo hicieron, pero normalmente cada cual se hacía algo simple a la hora que la daba la gana. Mucha pasta fresca y ensaladas (una vez comí con la Karla unas pastas con olivada y espinacas que se demoraron como 5 minutos en hacerse). Eso me hizo extrañar aún más estar en casa.…. Estoy vieja, supongo. Ya no es lo mismo viajar. No aguanto mucho el nomadismo (tener tus pertenencias en una maleta, hacer y deshacerla varias veces, saber que me hacen falta cosas, aburrirme de ponerme la misma ropa….) y extraño el nido y a mi gente. Me hace falta el cariño, aunque debo decir que la Negra me abrazó harto.

Fui al museo de Dalí que está en Figueres. Es una ciudad pequeña a 2 horas de Barcelona, hacia Francia. Allí se puede ver el edificio que está arreglado de manera loca, como su dueño. Tiene unos huevos gigantes en el techo y en el patio tiene un Cadillac con unos maniquíes adentro y si uno le pone una moneda, llueve dentro del auto. Además, hay cuadros, pinturas, grabados, dibujos, esculturas, objetos intervenidos como instalaciones. Genial! Por ejemplo, hay un busto de Velásquez, bien antiguo, que Dalí pintó y le soldó unas cosas a las orejas! Bien irreverente, como siempre. Dalí debe haber sido un narciso insoportable, de admirable creatividad y una libertad enorme para expresar su locura insólita, pero insoportable al fin. También vi una parte del museo que se llama “Dalí joyas” y expone las piezas de decoración y joyas que hizo (más bien diseñó, supongo) el genio con piedras más que preciosas y oro, platino, etc. Son lo que más me gustó porque no las conocía. Una de ellas se llamaba “Corazón Real” y era un corazón masacotudo de oro sólido con una corona de diamantes arriba y dentro tenía un cubículo donde había otro corazón formado con muchos rubíes engastados en oro y que tenía un mecanismo que lo hacía latir y ese corazón también tenía, a su vez, otra corona. Loquísimo y exquisito. Había cruces, labios, ojos, árboles, ángeles, flores. Esmeraldas, rubíes, perlas, diamantes, lapislázuli (sí, lapislázuli!), oro y mucho más. Un despliegue de poder y dinero puesto al servicio de la belleza. Algunas fotos:




Sí estuve ahí, no bajé las fotos de internet!!

Fui al Jardín Botánico, que es como un museo de plantas de climas mediterráneo. Tiene 5 escenarios: Sudáfrica, California, Australia, Mediterráneo y Chile! (que en Catalán se escribe Xile). NO había ni un alma, pero era bien lindo. Lo fome era que uno no podía convivir con la naturaleza (como en el Jardín Botánico de Valdivia, según recuerdo), sino que te paseabas por unos pasillos y mirabas las plantas como obras de arte en un museo. Yo cometí un acto vandálico y me robé una hoja (que estaba medio mala para no hacer tanto daño) de Boldo para olerla un rato. Hacía un solcito rico ese día.

Luego fui a la Fundación Miró. Miró nunca me ha gustado mucho, pero siempre le doy una oportunidad a los artistas y veo las obras en vivo y en directo. A veces la percepción cambia con el cuadro ahí delante. Me acuerdo que eso me pasó con Guayasamín en Ecuador. Los cuadros gigaaaaaantes me impactaron muchísimo. Bueno, acá me pasó algo similar. Hubo 3 o 4 cuadros que me gustaron mucho, unos bien grandes blancos, con algunos colores, pero pocos elementos.

Un día fui al depto de la Tere Ramírez a la despedida de sus room mates, y resultó que ellos eran el primo de Diego Fernández (Nico García) y su novia. Y entre los invitados había dos conocidos: Andrés Mardones y Ximena….eeehhhh….no me acuerdo ahora….una arquitecta de la Católica. Y otra vez fui a un asado donde conocía a más de la mitad de los invitados (que eran chilenos, obvio). Fue al día siguiente de un concierto de Pánico.

Pánico tocó en Razzmataz el viernes pasado. Razz es un lugar de 3700 mts2. Con 5 salas diferentes, con música distinta y siempre buena. Yo estaba embalada, pero resultó que la mayoría del público eran pendejos, que llegamos como a las 2, Pánico tocó a las 3 (solo 45 minutos como decía la página web), y nos fuimos como a las 4:20. Y la gracia costó 15 e. O sea la módica de 10 lucas, que es lo que cuesta cualquier club nocturno! (uuffff!!). Igual me divertí y bailé y me dio risa a ver a Pánico tocar en Barcelona. Ahora son más viejos, pero están bien, tocan bien y se ven bien. Aunque el sonido estuvo como el forro.

Al día siguiente fue el asado. Y estaban los 2 más chilenos de los Pánico: seba y memo. Era en la azotea del edificio de la Marce de las Heras, Flo y Karina, en el barrio Gótico. Era el día de los 20 grados así que fue delicioso, un asado como dios manda, con de todo: carne, pollo, longa, pan, pebre, lechuga, arroz y papas. Vino y cerveza. Sol y un vientecito suave. Conversa agradable y, más tarde, puesta de sol. Y ¡por supuesto! Una vaca para ir a comprar más chela y más vino! Me encantó, lo pasé la raja. El mejor carrete que tuve en Barcelona fue un carrete chileno, 100% y bien primaveral. Qué contradicción! Lo más chistoso era escuchar a los catalanes o españoles (una andaluza, por ej.) amigos de los chilenos hace tiempo hablar en chileno “No, poh!”, “Cómo es la hueá?!”. Ja, ja, ja!

El domingo ayudé en el cambio de casa de la Negra. Hubo que bajar las cosas de medio departamento 5 pisos! Menos mal que éramos 5 porque si no yo me hubiera muerto infartada. Lo hicimos en cadena, cada uno bajaba y subía las cosas sólo 1 ó 2 pisos. Igual transpiré tanto como la vez que fui a bailar la Floripondio a la Batuta, o sea me corría la gota! y yo que me había puesto casi la última polera limpia que me quedaba…

A la vuelta a Madrid todo fue más normal. La gente me pareció más normal, menos “pija” (cuica) y más fea. Llegué al piso nuevo de la Sole y con alivio les cuento que es espectacular, luminoso, enorme, lleno de colores (verde, frambuesa, amarillo, azul, todo pintado ultra alegre), calefaccionado y limpio. Los problemas que tiene son muy pequeños, y el dueño los va a arreglar poco a poco. Él es bien simpático y vividor, como las chiquillas (aunque trabaja de lunes a domingo!), así que se van a llevar de perilla. Nos invitó a comer en su restaurant cubano el primer día, comimos mmmh! (cocina estupendo el hombre), bebimos casi hasta agotar el ron y conversamos de cuba (bueno, él habló, nosotras preguntamos y escuchamos). Luego, fuimos al lugar de jazz que conoció la Sole. Bonito –el lugar tanto como los músicos- pero lleeeeeno de humo. Y de ahí fuimos a otro lugar chori que estaba vacío, pero igual estuvimos un rato. Y después al tuto, aunque el dueño de casa insistía en seguir de juerga, ir a una disco, seguir bebiendo, etc. A las 5:00 am!

Para rematar fui al Museo Reina Sofía y sí, vi Guernica! Y traté de sentarme enfrente para apreciarlo con calma (me dolían las patas!), pero como no había asiento me senté en el suelo e inmediatamente apareció un tipo a decirme que eso estaba prohibido.

Un par de idioteces que se me había olvidado comentar: Hay miles de Mercedes Benz, Audi (aunque acá no son de lujo), y esos autos enanos (como medio auto) que se llaman Smart. Yo creía que eran de película futurista cuando los veía en “Discovery Channel”, que eran un modelo de auto que pegaría en el futuro, no sé. Pero está lleno, LLENO!

BRUSELAS:

Al llegar a Bruselas, el avión se movió como coctelera. Me dio un poco de miedo, la verdad. Al bajarme caché que había la media tormenta. Un viento que te volái! Hoy me dijo la madre de Nathaly (Marie Claire) que hubo vientos de 115 Km/hr. El día estaba bien oscuro y las nubes negras iban como haciendo carreras por el cielo. Acá tampoco está tan frío. Es el viento el que hiela la cara y las manos. El departamento no tiene calefacción (aunque no es helado, yo deduzco que es porque los vecinos de arriba y los de abajo sí tienen) y tampoco tiene teléfono, ni Internet, así que la comunicación estará difícil.

Nathaly me dejó su celular por esta semana (hasta el 26, en que ella llegará). El número del celular es: 479 69 70 85 y para llamar desde Chile hay que anteponer 32. (Alguien podría llamarme esta semana? Me siento más sola que dedo!!!!)

ES bien raro estar sola en un departamento extraño, no habitado anteriormente. Me pone medio nerviosa, me siento rara, como monita recortada y pegada en otra página de la revista. No me hallo.

Ya, ahora mis desafíos son:

· encontrar el motor interno para sentarme 8 hrs. diarias mínimo frente al computador y darle a la tesis,

· tener voluntad para bajar los 7 kilos que creo que tengo que bajar (¡por lo menos!), sobretodo si voy a estar sentada todo el día, (mmh, qué difícil….mejor me pongo una meta más real por el momento…que me entren los pantalones con el botón abrochado!)

· tener coraje para salir y hablar en francés,

· tener fortaleza para soportar la soledad,

· y ser bien humilde para hacer lo que pueda, y no castigarme por no podérmela con tanto desafío, sino perdonarme.

De hecho siento unas ganas terribles de que alguien haga algunas cosas por mí, como hablar y lidiar con el mundo externo. Hoy siento el peso de tener que demostrar cosas: que me la puedo, que soy chora, que soy autónoma, que soy avispá, que me las bato. Y siento que la próxima semana (cuado llegue Mauricio) tendré que demostrar que soy inteligente, que me importa la tesis, que he trabajado muuuucho en ella..etc etc etc UUUFFF! Voy a necesitar vacaciones! Y cuando vuelva a Santiago empezaré a trabajar al día siguiente!

Acuérdense de mi cuando están tomando sol en la horizontal!!! Y me mandan todo ese relajo y esa energía!!

Un abrazo a todos!! Y manden fruta!

viernes, enero 12, 2007

2

Yo no sé quién me hizo pensar que los idiomas que nos son los nórdicos (Sueco, Danés, etc), el inglés y el alemán eran algo así como "lenguas hermanas" del castellano. Ya me pasó una vez, cuando fui al extremo norte de Brasil, que no entendí ni una pizca del portugués y me pasé la primera semana preguntando "¿do you speak english?" y pidiendo "pan con queijo" de comida, que era lo único que reconocía en la carta. Acá en Barcelona la cosa es similar con la pura diferencia que tras 30 años de dictadura en que el Catalán estuvo prohibido la mayor marte de la población habla castellano. Pero quiero dejar algo en claro EL CATALÁN ES OTRO IDIOMA!! UNO COMPLETAMENTE DISTINTO AL CASTELLANO!!! y se parece a él, tanto como se parece el francés. Si escuchas a dos catalanes conversando no entiences ni raja. Y a ratos leer algo es también incomprensible. Al principio da la sensación de que es bien fácil, porque uno ve palabras que son iguales que en catellano pero con la última letra o sílaba cortada, por ejemplo, "INFORMACIÓ". Pero al rato, uno se da cuenta de que, claro, en francés comprender se dice "comprendre" y no por eso el francés es fácil. En catalán "por favor" se dice "si us plau" y arrendar (alquilar en Madrid) se dice "LLoguer" y cuando uno va a pedir algo en un restaurant se da cuenta que necesita que el mozo le traduzca la carta. Además existen formas gramaticales o letras que en catellano no existen, como cuando la "L" va en medio de una palabra como colaboración, se escribe "col.laboració".

Respecto al tema de la apariencia de las mujeres y los hombres debo decir que sigo encontrando más guapas y guapos a las/los madrileños, pero acá hay más moda "alternativa". Hay que aclarar eso sí, que ésta es una ciudad atestada de extranjeros, turistas e inmigrantes. Uno escucha en la calle casi todos los idiomas del mundo y todos los acentos, por lo tanto no se puede decir que los Catalanes sean menos guapos que los Madrileños, porque hay que considerar que la enorme población de ecuatorianos, bolivianos, peruanos, argentinos, mexicanos, pakistaníes, árabes, thailandeses, malayos, etc etc etc no colaboran mucho. Dios me perdone!!! pero es que no puedo evitarlo, tengo el ojo europeizado!

Debe ser bien raro vivir acá para los Catalanes con tanto extranjero dando vuelta, como que da la sensación de ciudad pasillo, de tránsito.

En Madrid no se anda en bicicleta. Dicen que es porque hay mucha pendiente (como Valparaíso a ratos), pero quizás es porque el glamour no lo permite. Acá en BCN sí se anda muuuucho en bici y hay ciclovías por todos lados. Desde el 1° de Enero comenzaron a multar a los ciclistas que estacionen mal (amarren la bici a una árbol o a un farol decorativo) o que pasen con luz roja, o anden por donde no deben. Las bicis sufren hartos atentados nocturnos, no sé por qué. La mala leche no más. No solo se las roban sino que las patean y les deforman sus rueditas. Por eso hay que tener una bien rasca y con ruedas medias chicas.

El domingo fui al Museo Picasso. Se me habia olvidado que lo conocía y que no tenía ninguna gracia (excepto el edificio donde está). Menos mal que era gratis! Los maricones te muestran los trabajos de aprendiz y los cuadros más rascas de Picasso, y también una cerámica, pero los cuadros buenos y famosos no están. Este año algo se celebra respecto a Picasso y el mensaje es "Picasso nunca se ha ido de Barcelona". Entonces hay en el museo una exposición de "Picasso y el circo" (con los cuadros de la época azul, los típicos saltimbanquis), pero claro, eso no era gratis. Hoy fui al MACBA y también fue fome. Nada realmente bueno que ver (bueno, un señor Portezuelo me gustó algo) y estuve más de 3 horas. Mañana pretendo ir a una de las casas museo de Dalí. Para eso hay que viajar en tren 2 horas hasta un pueblo cerca que se llama Figueres.

El martes volví a Park Güell y me enamoré nuevamente. Gaudí era un iluminado. Si la misión del hombre en la tierra -según la Biblia- es construir el reino de Dios ¡Cómo colaboró este hombre!

¿Que más? Bueno aproveché las "rebaixes" (rebajas) y me compré unas zapatillas puma preciosas más estilosas que las que uso (pero claro no tan cómodas, son para un rato no más y no son para el frío de Bruselas) y una par de pantalones de fitness, de esos con telas higth-tech y estupendo diseño. Es lo único barato que encontré y lo único que me era útil en este momento. Con respecto a los pantalones pensé que ni cagando pasaba por la humillación de pedir la talla más grande de las tiendas de moda y que no me subieran de la rodilla. Además pensé que era una mala estrategia tratar de imitar el estilo girly, con jeans apretadísimos y botas y chaquetitas mínimas, porque me vería como "prieta mal amarrá". Entonces más vale cambiar el look y ponerle algo de estilo a este modo deportivo de andar por la vida y entré a un supermercado deportivo. Excepto en este lugar, la ropa es enana en este país!! Me probé ene chaquetas de cuero (muy convenientes para lo que cuestan en Chile! sólo 35 lucas) pero ninguna me cruzó!!!

He carreteado bien poco, trasnocho más ecribiendo y chateando que bebiendo porque mis amigas me acompañan poco (trabajan o están de pololas caseras, en fin). Hoy salí y me costó hasrto encontrar un lugar abierto con gente en el Ensanche (la zona donde me alojo). Fui hasta un bar que vi en una guía. Se llama Fira y era la raja. Era como entrar a un capítulo de Carnival. Estaba ambientado como las ferias antiguas, esas que eran una mezcla de circo y feria de diversiones. Increíble!! lleno de antiguedades de ese mundo. Pero estaba prácticamente vacío y un trago costaba 8 e, o sea la módica suma de $5.600. glup!

Ya, me voy a acostar que mañana madrugo.
Un abrazo fuerte!
M.